Ideas

Nadie sabrá hasta donde llegué, 

como nadie sabrá hasta donde habría llegado.

Tu pensamiento

"Espérame dormida, que en la salvedad de tus sueños me halles riendo, pues allí seré feliz, en tu pensamiento."

En tormenta ruidosa caeré como gota, así lo hagan las horas sobre tu regazo. 

Es la triste melodía que canta tu canario, acompañando las campanas que alguna iglesia está volteando.

Canto fúnebre lo fuera, sino por qué el muerto se halla, por años, en su cama perpétua, y eres tú ahora, quién aún lo recuerda. 

No maja, no

Sonoros besos, susurros portugueses... Se asoma a la ventana para descubrir cómo Goya se inspiró en su vecina para pintar la maja desnuda. Mujeres de esas que ya no se ven sin ropa.

Cómo si se tratara de un documental de babuinos a las tres del mediodía en la 2, te gustaría mirarlo entero, pero el sueño puede contigo. Y es que son las cinco de la madrugada en un Londres amaneciente, y después de dos copas, cuatro bailes y mucho insomnio, a uno le llega la hora, y no la reconocerse como voyeur, sino la de dormir.

Mañana la portuguesa, cuando decida gritar a horas de siesta española, bajaré a recordarle que las cortinas están de oferta en el Indian Shop de la esquina.

Doce

Estudia el firmamento por si acaso en él encuentra las pistas que necesita. Las evidencias son escasas y bajo la única y tenue luz de la luna, se siente insignificante e idiota. El inspector Manzano le llamará en tres horas. Apura su cigarro, pese que aún le queda todo el paquete por fumar. Bebe un sorbo de su whisky, aunque los dos hielos ya han desaparecido. Las oscuras ojeras decoran un rostro amargado y su cara define la desesperación mejor que el diccionario de la RAE.  

Necesita resolver los doce casos abiertos que tiene sobre su mesa de despacho, doce asesinatos, que paradojicamente le están matando.

Tu mejor amigo

Tu mirada cual estupefaciente gratuito, que me embota, que me alela. Sin ella me desvelo, pues en sueños la pienso y mejor duermo. 
Te busco y no te encuentro.
Miro tu camita, y su hueco hecho en ella. 
No sé por qué me abandonaste, dime, ¿tan merecido era?

Fdo: tu mejor amigo

Rata

Se respira fétido aire de cloaca tapiada, donde vive una reina, rata la llaman.

Vestido de fango, agua negra y desechos. Decora sus patas con largas y curvadas uñas.

Reina sin rey, reina sin reino, posición ínfima.

En el más triste destierro vive, debiéndose a la soledad más infinita, gime y llora, no entendió el castigo, "ser la menos apestosa".

Malos deseos

Esperándote en la estación de autobuses a deshoras, en oscuridades plenas, me hice entrar en razón, “los insomnios rutinarios matan”. Aunque a mí no.

El vaho de las ventanillas recuerda el frío de afuera y el calor de adentro.
Estamos llegando, es demasiado tarde para mi gusto. Nadie me espera. Gozaré de un largo paseo a horas ya madrugas por la periferia de la ciudad. En casa nadie se alegrará de verme, porque nadie allí tampoco habrá. Sin ver una estrella fugaz decido pedir un deseo, "ojalá alguien me esperara al llegar".

Ahogar males pretendo, males que no me dejan dormir, y es allí, en mitad de la noche, donde el antídoto encuentro. Se acerca a mí, como siempre, con paso acelerado.

Amanece en Castellón, son las siete y treinta, estamos a quince de febrero y la temperatura exterior es de 8 grados. Abrimos hoy el programa con una noticia sobrecogedora: el asesino del urbano se ha cobrado una nueva víctima.